miércoles, 11 de junio de 2008

LA CAMA DE PROCUSTO


En la mitologìa griega Procusto era un bandido y posadero que tenía una cabaña en un lugar apartado y solitario y cuando algún viajero llegaba a ella le ofrecía su cama para descansar, y atándolo a esta, si la estatura del viajero resultaba mayor que la longitud de la cama, procedía a amputarle las piernas hasta que ajustara exactamente a esta longitud. Si, por el contrario, la cama resultaba más larga que el viajero, entonces, mediante cadenas y pesos amarrados a los pies procedía a estirarlo hasta hacerle alcanzar el largo de la cama. En cualquier caso, después de realizada una de estas dos operaciones, procedía a descuartizar y devorar a la víctima, Procusto continuó con su reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien se dejó seducir, pero al entrar a la choza de Procusto lo «ajustó» cortándole a hachazos la cabeza y los pies.
Procusto se ha convertido en un símbolo de conformismo y uniformización.
Una cama o lecho de Procusto es un estándar arbitrario para el que se fuerza una conformidad exacta. Se aplica también a aquella falacia pseudocientifica
en la que se tratan de deformar los datos de la realidad para que se adapten a la hipótesis previa.

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