miércoles, 28 de mayo de 2008

EL ALMA TAMBIEN LLORA

Para comprender a cabalidad el funcionamiento del ser humano, es indispensable vislumbrar que se trata de un ser integral compuesto de cuerpo, alma y espíritu, partes que conforman un todo y que tienen una función específica. Por eso, antes de comprender las razones que lo llevan a actuar de determinada manera, hay que conocer a la perfección cada una de estas partes, que tienen relación directa con la vida de una persona.

Identificar el cuerpo es sumamente sencillo porque con él se convive conscientemente a diario, mientras que para reconocer el alma y el espíritu suelen presentarse confusiones, pues para la mayoría tienen el mismo significado y obviamente quienes así lo afirman, están cometiendo un grave error.

El alma, por su parte, está compuesta de los sentimientos y la razón, muchas veces entra en conflictos por las diferencias existentes entre el pensamiento y los sentimientos, es ahí cuando la voluntad cumple la función de intermediaria. Esos momentos en los que las personas sienten la necesidad de hacer algo y en el fondo saben que no deben, es cuando se produce ese choque.

Por su parte, el espíritu es la esencia del hombre, su verdadera naturaleza. Es todo lo que el ser humano puede ser, sin tener en cuenta lo que ha aprendido en su camino por la vida. Lo espiritual puede ser bueno o malo, según el caso.

Aunque son tres partes completamente diferentes, funcionan como un todo. Por eso, muchas veces los dolores del alma se transforman en malestares del cuerpo. Cuando alguien posee en su interior recuerdos de situaciones y de personas que marcaron su corazón en algún momento de la vida y a pesar de quedar en el pasado, siguen latentes y afectan el modo de vivir de las personas, es porque las heridas del alma no se han curado totalmente.

Pero no sólo son aquellas tristezas las que marcan la vida, también lo son las alegrías del pasado, que se traducen en felicidad. El ayer está directamente relacionado con las actitudes que poseen las personas hoy, por esto es necesario reflexionar acerca de las situaciones que causan melancolía y que perjudican las diferentes circunstancias que se presentan a diario. Para que esto deje de suceder, es indispensable identificar todas las heridas del alma; sólo si se reconocen es posible actuar para erradicarlas. No hay que limitarse a consolar un alma que al igual que el ser humano, también llora; es imperativo sanarla.

Para esto serà necesario buscar ayuda, ya sea espiritual o psicologica que nos permita erradicarlas permanentemente

14 PAUTAS PARA UN MATRIMONIO EXITOSO


1.- La institución es un contrato para toda la vida: es la concepción que sobre el matrimonio tienen las casi mil parejas estudiadas.

2.- Responsabilidad por la pareja y los hijos en común, sean biológicos o adoptados. Sienten que forman parte del proyecto común y deben cuidarlos, educarlos y quererlos toda la vida.

3.- Profesar el mismo credo o tener concepciones similares del mundo. Contar con una fuerza protectora y orientadora que consolide el matrimonio significa un gran terreno ganado.

4.- Llevarse bien con la familia de origen del cónyuge. Esto, sin embargo, teniendo muy en claro que se trata de dos grupos familiares distintos y que no se puede postergar al marido o a la esposa por los padres o los suegros.

5.- Llevarse bien con los amigos de la pareja y su círculo social fortalece y enriquece la convivencia marital.

6.- Capacidad para resolver las crisis que se dan en la vida conyugal, provocadas por los cambios que se van produciendo en lo personal, en la pareja y en lo familiar es otro de los desafíos que aprenden a vencer los matrimonios de larga duración. Eso implica diálogos profundos y periódicos, revisión de las grandes directrices de la unión, capacidad para comprender al otro, muchas veces tener que ceder o transar. "Lo que estas parejas saben es que de las crisis bien resueltas salen fortalecidas, beneficiando a la familia completa". La investigación tiene otra parte: los ingredientes que debe tener la vida conyugal para que sea satisfactoria. Entre los que señalaron las parejas en estudio, destacamos ocho. Es importante señalar que cinco de los siete países donde se hizo el estudio pusieron en primer lugar "la confianza mutua", y sólo Estados Unidos y Chile colocaron "amor" encabezando la lista.

7.- La confianza, según Florence Kaslow, significa "tener fe en el otro, saber que siempre será honesto, leal, fiel, alguien con quien andar juntos por la vida".

8.- Respeto: es el reconocimiento de la presencia del cónyuge como tal, aceptándolo como es: "Convivo contigo siendo tú distinto".

9.- Amor y capacidad para expresarlo. Los matrimonios entrevistados reconocen que este sentimiento varía en los distintos períodos. Primero es ciego (amor-pasión), después viene uno más profundo, relacionado con el proyecto común (como tener hijos) y en el que deben jerarquizarse los afectos. Por ejemplo, es natural que la mamá les dedique más tiempo a los niños que al marido cuando éstos son pequeños, y él tiene que entenderlo postergándose durante esa época. "Lo que se ve en estas parejas es que se dan siempre la oportunidad del reencuentro en el que reviven su pasión".

10.- Comunicación entre los cónyuges, el abrirse al diálogo fructífero en torno a sus emociones, pensamientos, desafíos, planes y temas en conflicto, es un elemento fundamental según los entrevistados.

11.- Una buena capacidad para resolver sus problemas es otra herramienta matrimonial, "sabiendo escuchar al compañero e incorporándolo en las soluciones".
12.- Compartir la misma concepción del mundo, valores e intereses, se considera un punto importante para la buena relación.

13.- La preocupación del uno por el otro, de sus necesidades, sentimientos y felicidad, constituye un elemento central para los felizmente casados.

14.- Dejarse espacio y tiempo para estar y divertirse juntos. Las parejas encuestadas señalan que les sirve para compensar las responsabilidades familiares, muchas veces estresantes y pesadas. Ponerle una gota de humor a la relación, aunque parece un ingrediente liviano, le da sazón al matrimonio. Estos catorce factores, que permiten lograr una convivencia armónica y mantenida en el tiempo, no forman parte de una receta ni tampoco son teoría. Es la experiencia que aprendieron, espontáneamente o a costa de tropezones, caídas y recaídas, casi mil parejas de la vida real. A muchos les puede servir.